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Agosto y Septiembre son los meses cuando podemos recoger estos deliciosos y buenos FRUTOS ROJOS a los que llamamos MORAS, pero que en verdad son ZARZAMORAS (porque vienen de las ZARZAS, ya que hay otro tipo de mora, de arbusto como puede ser los de las frambuesas). De todas formas, cuando suelen madurar y estar casi listas para recoger es a finales de Agosto, y en Septiembre.
Si cuando vayáis a coger moras tocáis alguna muy BLANDA, esa no la cojáis… las moras han de tener su punto, y esto significa que ni deben ser agrias (las rojas), ni muy maduras (muy blandas al tacto) porque estarían pasadas (o casi).
Por otro lado, MI CONSEJO es que NUNCA cojáis las que veáis a la altura de vuestra cintura para abajo… ¿y cuál es la razón de ello? SIMPLE: pueden pasar perros (y lo que no son perros: PERSONAS) y hacer sus cositas (dicho finamente: orinar), así que cuidado de dónde las cogéis.
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Una auténtica “bomba” de Antioxidantes
La mora (Rubus fruticosus, Morus nigra) es una planta de excepcionales propiedades para la salud.
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Aporta numerosas vitaminas, antocianinas y resveratrol, sustancias de acción antioxidante y antiinflamatoria que la convierten en una aliada sin igual de las articulaciones, la vista, el antienvejecimiento y la salud cardiovascular.
También garantiza un aporte nada desdeñable de hierro, además de magnesio, manganeso y, en particular, potasio, estas tres últimas muy útiles para el control de la presión arterial.
Asimismo, debido a su aporte de fibra y de ciertas vitaminas como la B2, B3, B6 y la K, mejora notablemente los procesos digestivos. Y no solo desde el interior del organismo: resulta que esta fruta también favorece la descomposición de ciertas sustancias de difícil digestión, como por ejemplo las proteínas, las grasas y los glúcidos.
Por su parte, otras vitaminas (particularmente la C) sirven como apoyo al sistema inmunitario (algo de gran valor hacia finales del verano, cuando el organismo debe empezar a prepararse para los meses venideros).
Ya por último cabe mencionar que, precisamente por el combinado de antioxidantes tan fantástico que posee, la mora se ha empezado a estudiar por su posible papel anticancerígeno. En este sentido, ya se habría establecido su potencial efecto positivo en la inhibición del crecimiento de varios tipos de células malignas.
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Y por si te animas…
Para la recolección de moras, lo que recomendamos es hacerlo en zonas apartadas a las ciudades y su contaminación, y alejadas de zonas de agricultura donde se puedan utilizar fertilizantes.
Una vez en casa, las lavaremos bien, aunque con mucha delicadeza, y las dejaremos secar al aire antes de guardarlas en la nevera, o de ponernos manos a la obra con la receta de mermelada que os detallaremos a continuación.
Podremos comerlas frescas, sin más. También con yogur o queso batido, o incluso hacer un cocktail con otros trozos de fruta (en forma de macedonia, por ejemplo) o cualquier otra cosa que se te ocurra.
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La receta de Mermelada de Moras
- Una vez bien lavadas las moras, se machacan con un mortero o en una trituradora o batidora de mano junto con un poco de agua, hasta obtener un «puré» de moras.
. - Si se quiere evitar que la mermelada contenga las pepitas, en este momento hay que pasar la mezcla por un colador de malla fina (si se dejan, pensar que obtendréis una pequeña fuente de fibra).
. - A continuación se introduce el «puré» en una cazuela junto con zumo de un limón grande y, en teoría, azúcar preferiblemente de caña (yo lo cambio por edulcorante, o incluso sin nada ya que la propia mora contiene una buena ración de su propia azúcar)… y se pone a fuego lento.
. - En este punto, hay gente que suele añadirle la rayadura de una manzana, un ingrediente opcional pero que le da un sabor delicioso (incluso una pizca de jengibre).
. - Se cuece todo junto, sin dejar de remover, durante unos 30 minutos (aproximadamente).
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¡Y LISTO!
Si quieres conservarla en varios botes (de CRISTAL), deberás esterilizarlos primero, antes de llenarlos con la mermelada ya fría. De igual modo, una vez cerrados, lo mejor es que vuelvas a hervirlos al baño maría para asegurar el cierre hermético (aquí tienes algún truco extra para asegurarse un buen resultado).
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AUTOR: Luis Miguel Oliveiras