A partir de los 50 o 55 años, y sobre todo pasados los 65, la mayor parte de los varones sufren hiperplasia benigna de próstata. La glándula prostática y la uretra se agrandan, lo que provoca problemas más o menos agudos al orinar, que pueden llegar a afectar a la calidad de vida.
Si eres hombre y tienes 50 años o más, hay muchas probabilidades de que sufras molestias por tener la próstata algo más grande de lo normal. Y si no la sufres ahora (o si aún eres joven), probablemente algún día las sufrirás.
La hiperplasia benigna de próstata es un problema común y provoca unos síntomas urinarios muy molestos que, afortunadamente, podemos tratar de forma natural.
Y es que con la edad, la próstata crece de manera casi irremediable. De hecho, se calcula que entre los 40 y los 60 años, la mitad de los hombres tiene una próstata demasiado grande, un porcentaje que aumenta hasta el 90% en el caso de los mayores de 80 años.
Así, este pequeño órgano situado directamente bajo la vejiga, ocasiona diversas y desagradables molestias a quienes sufren su hipertrofia, como despertarse una y otra vez por la noche con la impresión de tener ganas de orinar que no se alivian al ir al baño, además de producir dolor durante la micción, e incluso puede dar problemas en la erección.
¿Tiene solución?
Como siempre, la medicina ha preparado un batallón de medicamentos. Las dos familias más utilizadas son los bloqueadores α y los inhibidores de una enzima llamada 5-alfa reductasa. A primera vista parecen eficaces, pues actúan sobre los síntomas, pero todos tienen efectos indeseados, algunos de ellos muy serios.
Los bloqueadores α sólo actúan sobre los síntomas de la obstrucción urinaria y con frecuencia implican un descenso de la tensión arterial que puede afectar a la vida cotidiana.
Los inhibidores de la 5-alfa reductasa provocan varios problemas. Por ejemplo, pueden afectar a la sexualidad y, sobre todo, aumentan el riesgo de cáncer agresivo de próstata, el más difícil de tratar.
Por ello, si es posible, más vale evitar estos medicamentos o reducir la dosis.
5 consejos que marcarán la diferencia.
1. Desterrar los aceites y margarinas muy poliinsaturadas
Estimulan el crecimiento de la próstata.
2. Tomar vino y cerveza (con moderación)
Tendrá un 33% menos riesgo de desarrollar hipertrofia benigna que si es abstemio. CUIDADO: están prohibidos los alcoholes fuertes.
3. Tomar con mucha moderación azúcar y cereales refinados
Pues son los que más estimulan el sistema nervioso simpático y provocan los síntomas más molestos ligados a la hipertrofia prostática.
4. Limite la actividad de la 5-alfa-reductasa
La enzima que transforma la testosterona en DHT (dihidrotestosterona) y que tiene una gran responsabilidad en el desarrollo de la hipertrofia prostática. ¿Y eso cómo se hace? Muy sencillo: tomando té verde (y suplementos de extractos de té verde, para lograr un efecto mayor), y alimentos con quercetina, que encontrará en cebollas (sobre todo rojas), manzana, arándanos y otros frutos rojos, brécol, espinacas, hinojo y alcaparras, entre otros muchos.
5. Si ya tienes problemas en la próstata
Tome raíz de ortiga, semillas de lino (o su extracto), soja (o su extracto), ciruelo africano, extractos de polen, selenio y licopeno (dos antioxidantes asociados a la palmera enana de Florida), maca roja y granada (o zumo de granada).
5 remedios naturales para el crecimiento de próstata
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La visita al urólogo es indispensable para que controle la evolución, pero el apoyo de las plantas se ha demostrado muy eficaz.
Aquellas con acción antiadenomatosa, antiinflamatoria y diurética se han mostrado útiles para favorecer la restauración del flujo normal de orina, promover un vaciado completo de la vejiga y no tener que levantarse varias veces por la noche para orinar. También reducen la sensación de premura y presión para orinar.