McDonald’s ha decidido sacar a la luz los componentes de todos sus productos: desde los «aromatizantes de humo» que llevan las tiras de bacon de las hamburguesas, hasta los ingredientes de sus famosas patatas fritas. Una de las preguntas que más intrigan a los fans del ‘fast food’ es saber con qué ingredientes están hechos los alimentos que consumen.
Así, el primero en abrir la veda ha sido Mac Donald´s que, bajo el eslogan ‘Nuestra comida, sus preguntas’, ha presentado un dossier oficial detallando todos y cada uno de los componentes que llevan sus cuestionados productos. Los emblemáticos ‘Big Mac’ se quedan en nada si se comparan con lo de las grasientas patatas bañadas en calorías. Aparentemente, no deberían llevar más de tres ingredientes: patatas, aceite y sal. Sin embargo, se cocinan con una extensa lista de componentes que va a sorprender a muchos consumidores: llevan dextrosa (glucosa pura, por lo tanto azúcar); ácido sódico pirofosfato, que sirve para que su característico color amarillo se mantenga, ácido cítrico como conservante y dimetilpolisiloxano, un conocido polímero parecido a la silicona.
A la hora de freírlas, no se escatima en aceites: se bañan en aceite de maíz, aceite de cártamo (que al calentarse a altas temperaturas se modifica químicamente y puede ser altamente perjudicial), aceite de soja, y aceite de soja hidrogenado con Terc-butil-Hidroquinona (TBHQ). Además el documento incluye un ingrediente de «sabor natural» procedente de «origen vegetal».
La intención del gigante americano ha sido abrir las puertas de su cocina al público y dar imagen de transparencia. Sin embargo, han vuelto al centro de la polémica por sus productos poco saludables. Por el momento, ya son innumerables las páginas web que alertan sobre estos ingredientes y que destacan como, por ejemplo, el TBHQ ha sido relacionado con enfermedades como el asma, trastornos cutáneos, hormonales, y, en estudios en animales a largo plazo, con ciertos tipos de cáncer y daños en el ADN.