El agua que sale del grifo proviene de la red de distribución, y tiene algunas características comunes, aunque estas pueden variar mucho dependiendo de cada ciudad o zona geográfica. El Agua del grifo a examen.
Por norma general, hay que tener en cuenta dos parámetros:
- El grado de pH del agua.
- La presencia de sustancias externas disueltas en el agua.
Normalmente, el agua del grifo tiene un pH alcalino con valores en torno al 7 ó al 7,5. Estos valores son los aconsejables, aunque no siempre se cumplen. Y los efectos del agua ácida en el organismo son mucho más negativos de lo que se podría pensar. En cualquier caso, un agua con un pH superior puede ser lo más recomendable.
¿Qué hay en el agua… además de agua?
Aunque la presencia de agentes externos en el agua puede variar sustancialmente de una zona a otra, existe un elemento común que nos encontramos siempre que abrimos el grifo…
► CLORO
Seguramente no le sorprenda, pues es el elemento más utilizado para el tratamiento y la desinfección del agua. Puede comprobar su presencia añadiendo al agua un reactivo similar al que se utiliza para el control de las piscinas. Y lo que ocurriría es esto (por favor, mire las imágenes y lea los textos que las acompañan):
Como veis, hay presencia de cloro disuelto en el agua que bebéis. Y aunque siempre nos hayan hecho creer que es beneficioso para la salud, genera un serio problema. Además de eliminar las bacterias presentes en el agua, el cloro también «desinfecta» su tubo digestivo, acabando a su paso con las bacterias buenas que garantizan su salud.
Esto se debe a una particularidad del cloro que ahora vamos a revelar.
Y es que cuando el agua clorada llega a nuestro organismo, el cloro se adhiere a órganos y tejidos, lo que evidentemente no es nada bueno para la salud.
En nuestra microbiota ocurriría lo mismo que la pasaría a este trozo de patata si la metemos en el vaso de agua clorada que vimos en la imagen anterior que quedaba amarillenta con el reactivo. Fijaros:
Al llegar a la microbiota, el cloro se deposita en las paredes y destruye las bacterias intestinales, imprescindibles para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. (1)
Además es responsable de malas digestiones, daña la piel, la garganta y los ojos, y provoca sequedad e irritación en el sistema respiratorio.
A medida que aumentan los estudios sobre los efectos del cloro, se le relaciona cada vez más con un mayor riesgo de cáncer, problemas de fertilidad y hasta ataques cardíacos. (2)
Sin olvidar los compuestos que genera al entrar el cloro en contacto con materia orgánica: los trihalometanos. Estas sustancias potencialmente cancerígenas se activan, por ejemplo, al lavar frutas o verduras con el agua del grifo. Y aunque en la UE el límite máximo de trihalometanos es de 100 mc/litro, la ley española establece un máximo de 150 mc/litro.
Preocupante. Y no acaban aquí los problemas con esa agua de apariencia cristalina que sale por el grifo…
► OTRAS SUSTANCIAS PRESENTES EN EL AGUA
Aparte del cloro, según donde usted viva, si enviase a analizar a un laboratorio el agua de su casa podría llevarse una sorpresa desagradable.
Según un estudio realizado por la prestigiosa organización World Wildlife Foundation (WWF), en el agua pueden llegar a encontrarse sustancias potencialmente peligrosas. (3)
Entre otras, se detectaron…
- Pesticidas, como el triclorobenzeno, la atrazina o los nitratos, que se filtran en la tierra hasta los acuíferos y de ahí pasan a la red. (4) (5)
- Compuestos orgánicos como el benzeno, el tolueno, o los peligrosos trihalometanos que le acabo de comentar, que pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer de vejiga y de estómago. (6) (7)
- Microorganismos, como asbestos, protozoos, hongos… que el cloro no llega a eliminar.
- Iones y metales, como el temible arsénico, pero también bario, cadmio, plomo, mercurio… que tienden a acumularse en el organismo. (8)
- Sustancias perfluoradas, que pueden llegar a ser cancerígenas a partir de cierta concentración. (9)
- E incluso algunos estudios han detectado en el agua ¡restos de medicamentos y hormonas provenientes de los vertidos hospitalarios y también de los hogares! (10) (11) (12) (13)
En definitiva, el agua del grifo contiene otras muchas sustancias… además de agua.
Y aunque se presenten en cantidades pequeñas y estén autorizadas hasta ciertas concentraciones, estará de acuerdo conmigo que lo mejor sería eliminarlas o llevar su presencia casi a cero.
Para purificar el agua existen en el mercado diferentes tipos de jarras y filtros con el objetivo de eliminar las partículas y metales presentes en ella.
¡Pero no tan rápido!: una elección incorrecta, lejos de ser la solución, podría incluso empeorar el agua en algunos aspectos.
Las jarras filtradoras y el daño oxidativo
En efecto, algunas jarras de filtración pueden generar un nuevo problema, ya que modifican considerablemente el grado de acidez del agua.
Mirar lo que ocurre tras filtrar el agua con uno de los modelos de jarras filtradoras más populares.
¿Recuerdas que el agua del grifo suele tener un pH neutro (7,0)? Pues mira ahora lo que ocurre:
Como puedes ver, el agua una vez filtrada por esta jarra «convencional» reduce considerablemente su pH hasta un valor incluso por debajo de los límites recomendados, que se sitúan entre 6.5 y 9.5. (14)
Menuda paradoja, ¿verdad? Utilizar una jarra filtradora pensando que beneficia su salud… para terminar bebiendo un agua más ácida, con un pH muy lejos del aconsejable.
Y eso no es todo: al utilizar esta jarra filtradora también se aumenta el potencial Redox, (su nombre procede de la reacción de REDucción-OXidación).
Este indicador mide la cantidad de cargas positivas (moléculas oxidantes) y negativas (moléculas reductoras o antioxidantes) presentes en el agua y su valor se expresa en mili voltios (mV).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó en 1971 un valor máximo recomendado de 650 mV para el agua potable. (15)
En líneas generales, un agua con potencial Redox elevado tenderá a comportarse como un agente oxidante, mientras que si tiene un potencial negativo tenderá a actuar como antioxidante.
Un agua con potencial Redox elevado como el que resulta tras filtrar el agua con este tipo de jarras tiene efectos negativos directos sobre la salud al favorecer el daño oxidativo.
El daño oxidativo acelera el envejecimiento celular, acentúa las arrugas, aumenta la rigidez de las articulaciones… ¡y está en el origen del 90% de las enfermedades!
¡Es tan malo para tus células como si éstas fumasen cigarrillos!
Y debes saber que es especialmente dañino a partir de los 50 años, cuando el proceso de envejecimiento celular se acentúa.
De forma que si utilizas una jarra filtradora inadecuada, puedes estar perjudicando tu salud.
¿Es el agua embotellada la solución?
Podrías pensar entonces que la solución es beber agua embotellada, que el gasto que supone se compensará con sus bondades.
¡Pues verás que no tiene por qué ser así!
Y no tanto por la calidad del agua mineral en sí misma, que seguramente esté fuera de toda duda. El problema principal se encuentra en los envases.
Y es que al tratarse de una botella de plástico y según el plástico del que se trate, puede ocurrir que cierta cantidad de nanopartículas de plástico y disruptores endocrinos (sustancias químicas externas capaces de alterar el equilibrio hormonal) pasen al agua que contiene y luego, al bebérnosla, penetren en nuestro organismo. De hecho, según un estudio realizado en el año 2017 en 9 países, el agua del 93% de las botellas contenía partículas de plástico. (16)
O sea, que a pesar de estar bebiendo agua mineral, no estarías evitando la entrada en tu cuerpo de determinadas sustancias que dañan su salud.
El agua embotellada en envase de vidrio elimina estos problemas, pero a su vez presenta un doble inconveniente:
- Un alto gasto económico.
- La incomodidad que supone ir a comprarla, el peso que hay que trasladar hasta tu domicilio, el reciclaje de los envases…
Entonces… …si el agua del grifo no siempre es la idónea, muchas de las jarras filtradoras la acidifican, las botellas de agua mineral de plástico contienen nanopartículas… ¿qué podemos hacer? |
… se preguntará cómo puede conseguir un agua de la máxima calidad que usted y su familia puedan beber a diario.
Permítame que le presente la revolucionaria tecnología que lo hace posible.
El agua alcalina: fuente de vida, bienestar y salud
Como ha podido ver, al utilizar ciertas jarras filtradoras para purificar el agua su grado de acidez aumenta. Y eso puede tener efectos nocivos sobre tu salud.
Es decir, evitar un problema da lugar a otro incluso mayor. Pero eso no siempre tiene que ser así. De hecho, existe una tecnología que permite filtrar las sustancias tóxicas a la vez que es capaz de alcalinizar el agua.
Gracias a su sistema único de filtrado de 9 capas, esta jarra permite reducir al máximo de forma rápida y sencilla cualquier posible sustancia que pudiera encontrarse disuelta en el agua del grifo.
No hablamos del típico filtro de carbón activado, sino de una combinación de 9 capas (bolas biocerámicas, imanes, arena de coral con magnesio, arena de sílice activado, carbón activado, somelite, etc.), que eliminan del agua la mayor parte de:
- Cloro, cobre y fluoruros.
- Nitratos y otros pesticidas.
- Arsénico, mercurio, plomo y cadmio.
- Bacterias, como la Escherichia coli.
Y todo ello ofreciendo como resultado un agua de óptima calidad, con un increíble pH.