Las Crucíferas constituyen un grupo de vegetales con importantes propiedades curativas, protectoras, y que podemos decir de alguna de ellas como:
* Bróccoli
* Repollito de Bruselas
* Coliflor y otras coles
* Nabo
* Repollo blanco y colorado
Es importante saber que, para que conserven todas sus propiedades, hay que comerlas crudas o cocinadas al vapor. Se recomienda al menos una porción al día.
Son ricas en fibra, beta caroteno (provitamina A), vitaminas C y K, minerales antioxidantes (zinc, selenio).
También contienen fitoquímicos que ayudan a levantar las defensas y dan un soporte antioxidante induciendo protección extra al aumentar la acción de enzimas (fase II) responsables de la desintoxicación de cancerígenos eliminándolos del organismo. Estas importantes enzimas incluyen la quinona reductasa y la glutathion S-transferasa.
Los tiocianatos (sulfurophanos) presentes en las crucíferas, tendrían propiedades anticancerígenas por ser inductores de la fase II de estas enzimas.
Estos vegetales, especialmente el bróccoli o bróculi, son una importante fuente de vitamina K, esencial en los mecanismos de coagulación sanguínea, jugando además un rol substancial en el metabolismo óseo.
También poseen enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa (SOD) a la que se le atribuye una acción antienvejecimiento.
Resumiendo podemos decir que las crucíferas (que son poco consumidas a pesar de su alto valor nutricional):
– Son una excelente fuente de fibra (también útil para prevenir el cáncer del colon) y de bajo valor calórico
– Prevendrían la formación de células cancerígenas
– Inducen la acción de enzimas protectoras
– Levantan las defensas por sus componentes antioxidantes
– Mejoran la piel y mucosas por tener precursores de la vitamina A (beta caroteno)
– Mejorarían la función prostática y genital por su contenido en zinc (Zn) que es, además, un mineral antioxidante
Sobre cuándo consumirlas, en cualqueir momento del día, tanto en la comida como en la cena, ambas son buenas opciones.