Tras una cirugía de rodete glenoideo, sobre todo tras unos meses, se podrá empezar a entrenar progresivamente, pero siempre bajo la supervisión de un profesional para que los movimentos sean muy estrictos y con pesos muy controlados.
Tendríamos ciertas cosas en cuenta:
1. Aumento muy lento en las cargas de peso
2. Trabajaríamos en un recorrido articular limitado en los movimientos de hombro, por lo menos durante unas semanas, sin llegar a ningún «tope»
3. Se evitaría coger cargas de peso estando en posición de pie, es decir mucho peso en un levantamiento de peso muerto, o sostener la barra al hacer un curl de bíceps (entre otros), ya que esa tracción incidiría sobre la zona operada directamente
4. Se evitarían ejercicios de rotación externa de hombro
5. Podrán ser de beneficio el trabajo de rotadores internos (preferible con gomas para realizar una tensión muy constante)
6. Aplicación de frío 12 minutos tras el entrenamiento.