Que bien nos viene una Sauna de vez en cuando, no para «quemar grasas» como aún muchos se piensan (no tiene ese efecto), sino para limpiar toxinas, relajar nuestros músculos, reducir líquidos… La sauna proporciona numerosos beneficios como podéis ver, aunque también conlleva una serie de riesgos que se deben tener muy en cuenta.
En una sauna, la temperatura oscila entre los 80 y los 100 grados centígrados, con lo que se consigue una fuerte sudoración; un aire caliente muy seco es una condición importante para la evaporación. Como consecuencia del sudor, se pierden electrólitos, por lo que se recomienda, después de la sauna, equilibrar las pérdidas de líquidos con bebidas que contengan minerales.
La mayoría de las personas usamos mal la sauna… y NUNCA NUNCA NUNCA se deben de tomar mas de 2 sesiones por día y no mas de 3 semanales.
Efecto de la sauna. La temperatura de la piel se eleva a 40-43 ºC, y en el tejido cutáneo-subcutáneo el metabolismo se eleva al doble e incluso al triple. Por el contrario, la temperatura del cuerpo se eleva sólo 1 ºC. La elevada temperatura de la piel disminuye muy rápidamente por la influencia del frío (ducha fría, aire, baño de inmersión), con algo de retraso disminuye la temperatura del cuerpo a valores normales. Los baños fríos y los baños de inmersión llevan a la vasoconstricción y, con ello, a la elevación de la presión sanguínea.
Efecto: Entre los efectos de la sauna sobre el sistema cardiocirculatorio están, en un primer plano, el aumento de la frecuencia cardíaca y el volumen cardíaco por minuto, así como el ensanchamiento de los vasos (vasodilatación), lo que conlleva el descenso de la resistencia de los vasos y, con ello, la disminución de la presión sanguínea.
En la sauna predomina la práctica profiláctica de la regulación térmica y de la vasomotricidad frente a los efectos terapéuticos. Simultáneamente la sauna se utiliza para la prevención contra los enfriamientos; tiene un efecto espasmolíticosobre la musculatura de los bronquios y, por ello, se mejora la secreción de las mucosidades bronquiales. El efecto general de relajación y aflojamiento de la sauna influye positivamente sobre el organismo y la psique.
Realización. Lo tradicional es de 2 a 3 saunas por semana con períodos de sauna de unos 10 minutos. La disminución de la formación de sudor señala el final de un proceso de sauna. El enfriamiento en aire frío dura de 3 a 5 minutos, y el tiempo de descanso después del enfriamiento con agua dura de 5 a 10 minutos.
Entre las saunas se pueden llevar a cabo masajes de relajación. Tras concluir el baño de sauna es necesaria una pausa de descanso de media hora para que, a través de fuertes estímulos de temperatura, el sistema de regulación excitado regrese de nuevo a los valores de función normales.
El tratamiento de sauna se recomienda después de grandes esfuerzos corporales y físicos (entrenamientos duros, competición), sin embargo nunca se deben tomar antes de las competiciones (deben pasar al menos 3 días desde la última sauna).
Indicaciones. La sauna se utiliza como medida terapéutica de apoyo en las enfermedades de las vías respiratorias superiores y de los ciclos de curso reumático, así como en los cuadros de trastornos miálgicos hasta llegar a trastornos de regulación hipertónicos e hipotónicos.
Contraindicaciones. Todas las enfermedades de infección agudas, la insuficiencia cardiocirculatoria grave y las enfermedades coronarias, enfermedades cutáneas o eccemas. En caso de propensión a tener piedras en el riñón, existe el peligro de una formación reforzada de cálculos a través de una orina concentrada como consecuencia de la pérdida de líquidos. Si hay síntomas de malestar, se debe abandonar la sauna de modo inmediato y se debe renunciar a las aplicaciones finales de enfriamiento.