Las DOMS (Delayed OnsetMuscular Soreness) o como coloquialmente las llamamos “agujetas”, se convierten en el peor enemigo del deportista que vuelve a realizar ejercicio tras un período de inactividad física más o menos largo.
El verano y el parón físico que conllevan las vacaciones junto con el comienzo de la pretemporada deportiva favorecerán la aparición de éstas.
Leyendas urbanas como la aspirina o el vaso de agua con azúcar ,como posibles remedios caseros para disminuir las agujetas, pierden rigor científico a la vez que se van conociendo con mayor exactitud los mecanismos fisiológicos que hacen que las temibles agujetas hagan su aparición.
Los síntomas de dolor a la contracción y estiramiento pasivo, pérdida de fuerza, rigidez y sensibilidad ala palpación se desarrollan durante las primeras 24-48 horas, apareciendo un pico máximo en las 48-72 horas siguientes y que por lo general tienden a desaparecer a la semana.
A nivel bioquímico cabe destacar un aumento de la creatinina sérica (CK), bradiquinina, prostanglandinas y serotonina.
Estos tres últimos son liberados por células inflamatorias y son los responsables de la aparición del dolor por un aumento en la excitabilidad de nociceptores II y IV.
El aumento de la CK nos indicaría algún daño del sarcolema que inducirá la perdida de proteínas sarcoplásmicas , aunque se ha demostrado que por lo general el DMAT no sobreviene en la necrosis de miofibrillas sino mas bien en una perdida local de las estructuras miofibrilares (sarcómero).
Las zonas más afectadas por este dolor son las uniones miotendinosas y los tendones, cerca de las articulaciones, por ser este el sitio de mayor debilidad fibrilar, el que más tensión durante los movimientos soporta y el que mayor cantidad de nociceptores posee.
En varios estudios realizados en deportistas se ha observado que la contracción muscular excéntrica es la que produce mayor daño en el sarcómero muscular y que los músculos más predominantes son los de contracción rápida.
Junto a esta teoría aparecen otras hipótesis como la del aumento de temperatura muscular durante el ejercicio la cual provocaría también una desorganización de su unidad estructural y la aparición del dolor. Aunque esto puede ser otra consecuencia mas que una causa por si sola.
No existen métodos claros para prevenir las agujetas.
Parece que un buen calentamiento previo junto con estiramientos musculares disminuiría la sintomatología producida por estas.
También ciertos complementos deportivos tales como la L-Glutamina o la Ubiquinona parecen ofrecer resultados positivos.
Una vez que han aparecido los síntomas el tratamiento con mayor aceptación a nivel deportivo es el masaje muscular.
Otras terapias como fármacos AINES, hielo, ultrasonidos, estimulación eléctrica, isoflavonas de soja, antioxidantes, oxigenación hiperbárica…están en debate científico en la actualidad dados los escasos y confusos resultados encontrados.
Así que ya sabéis, hay que tomarse la vuelta con calma, mucha progresión en los ejercicios y algo de fisioterapia para no tener ninguna sorpresa desagradable.