Vamos a explicaros brevemente cómo preparar el kéfir, qué hacer con los hongos si te vas de vacaciones y algunas ideas para mejorar su sabor 😁 Que por cierto, os avisamos que esos granitos os recordarán al ARROZ, por si a alguien más se le ha pasado por la cabeza 😁
CÓMO PREPARAR EL KÉFIR
Ingredientes y utensilios:
Granos (hongos) del kéfir (aproximadamente 1 a 2 cucharadas por cada 250 ml de leche).
- Leche (puede ser entera o desnatada, según tu preferencia).
Un frasco o tupper de vidrio limpio con tapa (idealmente con tapa de tela o papel para permitir la entrada de aire).
Proceso:
Coloca los granos de kéfir en el frasco y añade la leche.
Cubre la boca del frasco o tupper con una tela o un paño y sujétalo con una goma, permitiendo la circulación de aire.
Deja fermentar a temperatura ambiente (20-25 °C) durante 18 a 24 horas. Cuanto más tiempo fermente, más ácido y espeso se volverá.
Una vez terminado el proceso, cuela el líquido con un colador de plástico o nylon (evitando el metal, que puede dañar los granos), ayúdate de una cuchara de madera o silicona, y separa los granos para reutilizarlos en la siguiente tanda.
- Lava los hongos con agua del tiempo, escurre, y vierte en el frasco o tupper de cristal (lavado previamente) para repetir el mismo proceso.
Conservación del Hongo:
Puede ser que te vayas de vacaciones, o quizás lo dejes por un tiempo. ¿Qué hacer con el hongo del kéfir?
- Para períodos cortos (hasta 7-10 días): Coloca los granos en un frasco con leche fresca y guárdalos en el refrigerador. La fermentación se ralentizará, pero sigue siendo recomendable “alimentarlos” con leche cada pocos días para mantenerlos activos.
- Para períodos más largos: Puedes optar por secar los granos. Hazlo en un colador, extiéndelos sobre un paño limpio en un lugar ventilado y sin luz directa hasta que estén completamente secos. Luego, guárdalos en un recipiente hermético a temperatura ambiente. Para reactivarlos, colócalos en leche fresca a temperatura ambiente y deja fermentar durante 24-48 horas.
También se pueden CONGELAR si vas a dejar de utilizarlos por larga temporada, o tienes mucha cantidad de hongo y quieres guardar y mantener par aun futuro, pero hazlo con precaución ya que la congelación puede afectar algo su actividad y tiempo de reacondicionamiento. Si decides congelarlos, te recomiendo:
Preparación:
Enjuágalos suavemente con agua (idealmente sin cloro) o simplemente escúrrelos bien.
- Puedes guardarlos en un pequeño recipiente hermético, preferiblemente con una mínima cantidad de leche, para protegerlos.
Congelación y almacenamiento:
- Colócalos en el congelador.
- Para reactivarlos, lo ideal es descongelarlos lentamente en el refrigerador durante varias horas o toda la noche, y luego sumergirlos en leche fresca. Podrían tardar una o dos tandas en recuperar completamente su vigor.
¿Cómo hacer que me quede más espeso?
El kéfir suele ser más líquido de lo que muchos se piensan, poco más espeso que la leche, pero para nada queda como el yogur batido por poner un ejemplo, pero hay varias maneras de que quede más espeso:
- Prolongar el tiempo de fermentación: Si lo dejáis fermentando más de 3 días (o incluso un poco más), puede ayudar a que absorba más líquido y adquiera una textura más densa. En mi caso por ejemplo suelo dejarlo 4 a 5 días.
- Aumentar la proporción de granos a leche: Utilizar un poco más de granos (hongos) de kéfir en relación a la cantidad de leche acelera y mejora la consistencia. Es cuestión de «jugar» con la leche (echando menos) y el hongo (echando más).
- Colarlo: Después de la fermentación, cuela el kéfir para eliminar parte del suero, de manera similar a lo que se hace al preparar yogurt griego.
- Usar leche entera: Si utilizas leche entera en lugar de desnatada, obtendrás una textura más cremosa y espesa.
Prueba estos consejos y ajusta según tu gusto.
¿Cómo mejorar su sabor?
Si el sabor natural del kéfir te resulta muy ácido o “desagradable”, puedes cubrirlo de varias formas:
- Batidos: Mézclalo en la licuadora con frutas como plátano, fresas, arándanos o mango.
- Endulzarlo: Agrega un poco de miel, un toque de stevia o canela para suavizar su acidez.
- Complementos: Mezcla un poco de cacao o vainilla natural para darle un sabor diferente.
Estas opciones te permitirán disfrutar de los beneficios del kéfir sin tener que soportar su sabor original.